«Existe una gran diferencia entre la persona ávida que pide leer un libro, y la persona aburrida que pide un libro para leer»,Gilbert Keith Chesterton

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Y dedicarte mil atenciones

"No va a quedar nada de todo esto" en CentroCentro

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Un experimento que me divierte es escuchar música o ver series ya entradas en años a ver cómo han envejecido. Así, vuelvo a The O.C. y me enfundo los cascos con ¡cables! del Ipod Nano, que algunos no sabrán ni lo que es, distinguiendo lo que realmente fue: una canción de verano o un clásico, «que no se puede hacer mejor» como dice Miguel Milá.

En este regreso al pasado, cosas de la vida ya que ha sido protagonista de la semana, suena en mis oídos Tierna y dulce historia de amor de Ismael Serrano en la que un diputado se enamora de una quinceañera a quien ya a primera vista decide «dedicarle mil atenciones», sin conocerla de nada y evidentemente sin estar predispuesto a ello pues es un hombre casado, se da en la inauguración de un polideportivo y es consciente de que le echarán del partido pero, a veces, como bien canta Dire Straits en Romeo and Juliet,«you can fall for pretty strangers and the promises they hold" y pensar "You and me, babe, how about it?».

Y es que en las primeras impresiones todo es posible; sean amores difíciles o primer encuentro persona-negocio y el impulso que surge de entrar y, si todo va bien, comprar. Así lo confirmaba este miércoles en CentroCentro donde se exponen bajo el título No va a quedar nada de todo esto los rótulos que el colectivo Paco Graco ha ido rescatando de tiendas y restaurantes que han cerrado. Un cementerio de logos y eslóganes diversos que podrán ser más o menos bonitos pero que fueron efectivos para conseguir ese clic con el cliente, «cuando te vi pasar por la otra acera» como diría Serrano. Por su carácter informativo (Joyería Relojería Rojas), por ser fáciles de recordar (Fajas Ruiz), por su coherencia (estética asiática si era un restaurante chino), por su funcionalidad (luminosos en negocios abiertos por la noche), por ser visuales (unas gafas en una óptica), por su color (El Diamante en amarillo), por su cercanía (Frutas del Tiempo. Ana y Pili), incluso por su toque internacional (Galerías Ribera y Gonza Sport)... que funcionaron y que por las razones que fuesen, tuvieron que cerrar y ahora son historia; historia de la ciudad.

En el podcast Así Empecé, Paloma Miranda confiesa que decidió llamar a su agencia de influencers Go Talents inicialmente sin mucha estrategia detrás: le sonaba bien, todo el mundo conocía esas dos palabras, era corto, potente y daba mucho juego con el hashtag #GoforIt (en referencia a las it girls). No se comió mucho el coco, vaya, como confirmé escuchando su historia volviendo a casa de la exposición.

Y concluyo. ¿Hay que contratar a la mejor agencia de branding para lanzar un proyecto? No. ¿Hay que estar meses eligiendo la tipografía, los colores, el tamaño de la letra? No. A veces, solo basta un letrero básico capaz de conseguir mil atenciones y lo otro vendrá luego… Eso sí: si hay misión, perseverancia, actitud, adaptación y un largo etcétera que haga que aquel rótulo no acabe al poco en un museo.