En 2003, Andrew Kaufman escribió el genial Todos mis amigos son superhéroes, en el que Tom, un tipo normal y corriente, vive en Toronto rodeado de amigos muy particulares: gente sin capa o identidad secreta pero con superpoderes latentes a la espera de que algún acontecimiento los haga materializarse. La Chica de la Tele, el Chico Culebrón, el Abrazador, el Quinto en Discordia, Mister Oportunidad, Don Cambios de Humor, el Centro de Atención, el Chiripa, Lo Consultaré con la Almohada, el Yo Tengo Razón… Y mis favoritos: el Gran Omnipresente y Me Quedo en Casa que tras acostarse encontraron el equilibrio perfecto convirtiéndose en la pareja más exitosa y con el poder definitivo, el de saber con precisión cuando debían quedarse en casa y cuándo salir.
Kaufman relata con humor las andanzas de estos curiosos personajes haciendo de LO ORDINARIO ALGO EXTRAORDINARIO. Y me quedé pensando en cómo es de fina la línea entre la vida personal y la profesional (al contrario de la serie Separación) hasta el punto de sacar partido en el trabajo a estas personalidades que se acentúan con el tiempo. Porque llegado un momento, uno puede mejorar pero no cambiar.
Si la pandemia tuvo que recordarnos que conducir un camión era igual de importante que dirigir un banco para todos tener una vida «normal», creo que también podemos aprovechar nuestras peculiaridades, de sobra conocidas por nuestros amigos, en un ámbito laboral.
¿Eres un lirón? Como dice Matt Walker en su TED Talk tener facilidad para el sueño prepara tu cerebro para los retos del día por lo que «dormir es tu superpoder».
¿Sabes cuál es el momento adecuado para sacar un tema? Ser oportuno es tu superpoder. Sabes cuándo hablar con tu jefe de una idea (¡o de un aumento!).
¿En las bodas siempre te sientan a comer con invitados que no son tus íntimos? Eres todo menos un «titán del tedio» como diría Beatriz Satrústegui. Interesante, divertido y además se puede contar contigo (estas cosas nunca se las hacen al que se pueda cabrear). Eres alguien que alegra una oficina.
¿Cada vez que cuentas algo, metes unos adornos importantes? Estás seguro de ti mismo, eres buen orador y seguro que buen comercial
¿Organizas los viajes aún sabiendo que habrá alguien (que no se haya ocupado de nada) con mala cara? Ser curioso, ordenado, líder y sin aversión al riesgo son cualidades muy demandadas.
¿Te acuerdas de todas las anécdotas del grupo? ¿Te sabes su árbol genealógico? Demuestras interés y recordar si fulanito tiene un hijo o menganito se mudó, es un superpoder.
«Sé útil y te utilizarán», le decía su padre a Miguel Milá, una de las personas con más sentido común y estilo por su acertada combinación de funcionalidad y estética. Por ello, este finde cuando quedes con tus amigos, deténte, míralos bien y define sus superpoderes.
Porque todos tus amigos (y tú) son superhéroes.
