II. La mente de los niños es maravillosa. En concreto, mi hija mayor tiene pánico al «cuarto oscuro con el ratón» pero a la vez adora a Mickey Mouse. A diario clama por sus dibujos y a la vez obedece ante la amenaza de, si no lo hace, ser llevada a un cuarto oscuro con un ratón. Ay, el día que descubra qué animalillo es su amado Mouse. Hasta entonces, su única referencia como roedor es la rata de La Dama y el Vagabundo que es terrorífica. Yo también comería sin rechistar.
III. Me fascina ver la lupa de Instagram ya que según ésta mis intereses se reducen a bodas, Friends, casas reales y animales curiosos. Me lleva a preguntarme: ¿esa soy yo? E increpo a mis amigos para que me enseñen su identidad secreta. Un solo de golf y smash burguers el de uno, solo novelas rosas el de otra… También lo miro en Netflix. ¿Acaso mi padre es historiador? Un solo de documentales de la II Guerra Mundial.
IV. Esta semana asistí a una charla sobre inteligencia artificial en el mundo del entretenimiento en ISDI donde se habló de regulación, de empleo y de las posibilidades que da para personalizar la experiencia de usuario. Y es alucinante. Se acabó elegir el nivel en los videojuegos (se adaptarán a tu ritmo). La oferta no solo se ajustará a tus gustos sino que además se coordinará con la de tus amigos. Incluso lo que te salga se relacionará con tu estado de ánimo si conectas la cámara.
Con esta forma de consumir tan a medida, alguien preguntó cómo harán para que el usuario no se sienta encasillado de por vida viendo siempre «lo mismo».
La respuesta por parte de los ponentes fue doble y así la entendí yo. Por un lado, el usuario ha de ser responsable (el disclaimer de «¿porqué estoy viendo este anuncio?», Seguir o no). Es decir conocer las reglas del juego (y del algoritmo). Por otro lado, que se facilite un feedback constante (indicar «no quiero ver esto», silenciar) y así ir afinando.
V. Una de las cosas que más se valoraban en los trabajos de la Universidad era la bibliografía. Cuáles eran tus fuentes, de dónde habías sacado las citas, los datos. Básicamente, cuánto de fundamentadas estaban tus ideas.
El crecimiento de la IA es un gran avance pues como dice Ignacio (Nacho) De Pinedo Palomero, entre hombre y hombre+máquina elijo lo segundo; pero mal llevado es un peligro ya que es tentador creer que lo que responda ChatGPT u otras es la verdad absoluta.
Conviene pensar fuera de la caja en la que nosotros mismos nos hemos metido pues como escuché decir en un podcast a Alejandra G. Remón: «las personas somos un gran collage de lo que nos rodea». Y si hay que pensar en un ratón, tenemos que tener en la mente a Mickey pero también a Jerry, Basil, Ratatouille, Pérez,Stuart Little, Pinky y, sobre todo, a Cerebro.