Esta idea de interconexión fue formulada por primera vez por Frigyes Karinthy en su cuento de 1929 Cadenas y desde entonces se ha tratado de demostrar matemáticamente. Por mi parte, sin ningún tipo de base empírica, sostengo que funciona al 100% y defiendo que UNA PERSONA TE LLEVA A OTRA, tanto como UNA COSA TE LLEVA A LA OTRA.
Por ello, sonreí leyendo No me acuerdo de nada en el que Norah Ephron narra episodios de su vida y cómo algo clave estuvo a punto de no pasar. Ephron (1941-2012) fue una escritora y cineasta con una larga lista de éxitos: Algo para recordar, Tienes un email, Julie&Julia... Siendo nominada al Oscar al mejor guión original en 3 ocasiones.
En la muerte de su tío Hal, supuestamente riquísimo, tuvo un momento de inflexión similar al que tenemos todos fantaseando con la lotería. Al ser ella y sus hermanas las herederas directas junto con el ama de llaves, no solo podría pagar la reforma de la casa, sino que podría empezar hacer el jardín, un cabecero nuevo...y sin duda, dejaría el guión que le habían encargado, que había aceptado por dinero y que le estaba costando horrores escribir. La fortuna del tío Hal «lo cambiaría todo».
Finalmente, el tío Hal resultó no estar tan forrado y «solo» heredó 40.000$. «Había tenido muchísima suerte de no heredar una suma importante de dinero, porque no habría terminado de escribir Cuando Harry encontró a Sally, una película que cambió mi vida».
Por si no la habéis visto, Harry se reencontró con Sally EN UNA LIBRERÍA. En 2017, lancé un buscador de librerías así llamado (www.enunalibreria.com) como proyecto final de un master. Lo tenía bastante abandonado pero nunca lo dí de baja por puro romanticismo. Hoy vuelvo a relanzarlo para agrupar ahí estos posts de los viernes, por si queréis volver a ellos y principalmente para recordar la historia de Ephron cuando me pregunte a mi misma: ¿pero para qué escribes?, es una chorrada, no ganas nada, cuál es el objetivo final... Aún sabiendo que me obliga a informarme y ser concisa, fomenta mi curiosidad y que UNA COSA LLEVA A LA OTRA. ¿Pero a cuál? Ahí está la gracia; lo iré descubriendo.
Gracias por estar ahí.