Abigail Arunga y Magunga Williams decidieron abrir una librería en Kenya donde hay más de 300.000 habitantes pero solo dos librerías importantes.
Su increíble historia se puede leer en The New Yorker.
«Cualquier librería independiente que ha logrado sobrevivir es el mejor lugar para hacer una lectura», Ruth Ozeki
21/11/2016 - Por Daniel A. Gross/The New Yorker
Abigail Arunga y Magunga Williams decidieron abrir una librería en Kenya donde hay más de 300.000 habitantes pero solo dos librerías importantes.
Su increíble historia se puede leer en The New Yorker.